Antes se pensaba que era mejor para un niño aprender su lengua nativa antes de seguir a una segunda lengua. Ahora los estudios apuntan a la importancia de años preescolares, específicamente los primeros tres, como un período vital en la vida de un niño. Eso es cuando las fundaciones para actitudes, pensamientos, y aprendizaje, se fijan.

Por eso algunos investigadores ahora piensan que la adquisición de una segunda lengua llega a su cima antes de los 6 o 7 años.
Los niños tienen grandes ventajas contra adultos en cuanto al aprendizaje del tema. En un principio, los hábitos de pronunciación y gramática de su primera lengua están menos incrustados.

Aún los estudiantes con más capacidades difieren de niños aprendiendo inglés en cuanto a la gramática correcta y consistente.
Se ha confirmado que cuanto más jóven es un aprendiz, más adoptarán en cuanto a pronunciaciones y sonidos. Además tiene sentido si empiezan a aprender antes de hacerse adolescentes.

Se cree que los niños que aprenden una lengua antes de los 15 años tienen una mejor pronunciación de la segunda lengua, lo cual significa que cuanto más jóvenes son al empezar, más desarrollarán un acento nativo.